lunes, 30 de marzo de 2009

Las servidoras de las musas. Roles y estereotipos de las mujeres homosexuales en Chueca (II)

Introducción

Unos cuantos “por qué” generales

Vivimos en una época de aparente normalización, España es uno de los pocos países del mundo que permite las bodas entre personas de su mismo sexo y en el que se lucha por la equiparación de derechos, aun así, el último sondeo sobre la homofobia del Colectivo de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales de Madrid (COGAM) realizado por la socióloga Lola Martín, confirma que un 69% de los encuestados han padecido ataques homófobos, más de la mitad de ellos producidos durante el 2007 y 2008, por razones como encontrarse en un lugar considerado de ambiente, besarse con sus parejas en público o porque el agresor “dedujo” su homosexualidad por la forma de vestir.

Además, recientemente hemos sido testigos de la inhabilitación por dos años y 6.000 euros de multa impuestos al juez de familia Fernando Ferrin Calamita por retrasar el proceso de adopción de una menor por la pareja de su madre biológica, también mujer, aunque la sentencia no es aún firme (El País, 2008). En este caso, podríamos decir que se está haciendo justicia, pero sólo hubo que esperar unos días para que se creara una campaña solidaria a su favor, apoyada por la Conferencia Episcopal y por la cadena COPE, entre otros (www.cope.es, 2009).

Sin irnos tampoco muy lejos, el pasado 28 de diciembre, se volvió a convocar el encuentro por la familia cristiana en la plaza madrileña de Colón, con casi un millón de asistentes según informativos Telecinco, en el que Monseñor María Rouco Varela lanzó un claro mensaje contra el aborto y el matrimonio o la maternidad/paternidad homosexual (www.telecinco.es, 2008).

Estos son sólo tres ejemplos que reflejan la discriminación que sufre este colectivo en nuestro país, sin intención de politizar mi discurso, por no hablar de aquellos en los que ser gay constituye un delito con penas de cárcel o muerte o de la aprobación de la “Proposición 8” en el Estado de California, referéndum por el que sólo la unión matrimonial entre un hombre y una mujer es válida y reconocida.

Esta persecución “ideológica” o “moral” tiene una base clara: el desconocimiento de la realidad, la simple ignorancia y los prejuicios a los que se han aferrado las sociedades tras décadas de persecución e informaciones distorsionadas, difusas y en muchos casos inexistentes acerca de la homosexualidad, las mismas que han “invisibilizado” a las lesbianas y que intentan seguir haciéndolo. Es por tanto mi intención brindar un poco de luz en este tema, con la esperanza, utópica, de que el día de mañana la igualdad parta de la aceptación de la diversidad y uno pueda expresar sus opiniones sin atacar al resto, o al menos, si lo hace, con conocimiento de causa.

Bibliografía

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