domingo, 28 de febrero de 2010

Hay días...

Hay días en los que me quiero más a mí que a ti, me digo que ya basta de arrastrarse y de intentar hacerte sentir especial, que no soy mejor ni peor, pero que merezco al menos que valores mis sentimientos, que los tengas en cuenta, independientemente de no corresponderme. Me repito hasta la saciedad que aunque mañana llamases a mi puerta siempre tendrías dudas y que en mi futuro sólo necesito certezas.

Hay otros días en los que me digo que más vale hacer y decir lo que siento para caer una y mil veces que verme dentro de un año y tener la sensación de no haber dado suficiente, porque no me lo perdonaría, porque prefiero que desaparezcas de mi vida por ser quien soy a que sigas en ella por fingir lo que no siento.

No sé si me gusta lo complicado o es simple coincidencia, lo que sí te puedo asegurar es que llevabas razón en que cuando lo consigo me canso, pero no por las razones que tu crees, sino porque alcanzar un sueño tres años después no siempre compensa, porque el tiempo y la distancia terminan por erosionar todo, hasta la idea que hoy tengo de ti, porque llega un momento en el que los días en los que me quiero más que a ti ganan a los días en los que tú eres la razón de todo... por ahora, ese momento no ha llegado y sólo espero que si llega, nunca llames a mi puerta... mientras tanto, seguiré esperando escuchar el sonido de tus pasos en el rellano.

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