Diario de una lesbiana I

Hace menos de un mes me enrollé con una chica en una de esas noches en las que el único pensmiento es "hoy pillo", en las que después de 4 copas dejas las exigencias a un lado y ya no ves ese elevado porcentaje de bolleras feas que componen el "picasso chuequístico" de cada fin de semana.

Sábado 6:30 am
Hora crítica y lo único húmedo en tu boca es el culo de la cerveza que has tenido que pedirte porque ya no te quedaban más pelas para otro cubata. Miras a tu alrededor y le preguntas a tu amiga, que no va mucho mejor que tú, pero a la que puedes hacer responsable a la mañana siguiente: quién es la menos chunga?
Te señala una morena con piercing en el labio, intentas entreabrir los ojos y ver si corresponde a la mirada: genial! también va pedo! es pan comido!
- Hola, q tal?
- Blablablabla...
Ojalá pudiera acordarme de este tipo de conversaciones al día siguiente y olvidar las que mantienes con esta misma persona dos días después, una tarde sin alcohol.

Sé que al entrar al metro, con la luz, hubo algo que me hizo sospechar en la elección de mi amante, procuré no pensarlo y tomar esas precauciones de las que tanto hablan en la TV: "tú a tu casa y yo a la mía"; intercambiando el número de teléfono, no sea que terminase perteneciendo a la minoría guapa, interesante y con conversación en peligro de extinción...estooooo....de ilusiones se vive, no?

Creedme que me encantaría dar más detalles de lo sucedido: lenguas pastosas, frases sin sentido, miradas perdidas...y tan perdidas!! Menos mal que mi psicóloga acertó en algo, y es que mi memoria bloquea todo aquello que me hace daño.

Miércoles 22:00
El móvil no suena, la cabeza está vacía, nadie que ocupe tu pensamiento, a quién mandar un sms...otra tarde igual que todas las demás...intentando identificar si el problema es que estás más caliente que "el palo un churrero" o simplemente necesitas mimitos...
Un repaso por la agenda del móvil y nada excesivamente interesante: las de meses atrás porque ya son pasado y recuerdas que terminaron por algo, aunque ahora no sepas muy bien la razón; las fugaces porque ni te acuerdas de su cara, y si no insististe, es que no merecían la pena; las ex porque no les puedes dar la sensación de necesitada, las anónimas porque a saber quién aparece...

Recurres a las amigas, que para eso están, ya te conocen y te sigue hablando pese a todo... esas con las que te lías alguna noche de pedo como demostración afectiva, pero las que se acaban descojonando ante frases como:
- Oye, te vienes a i casa a follar?
- Jajajaja!! Qué? Ya estás pedo un miércoles? Jajajaja!!- es su respuesta.

Continuará....