jueves, 4 de marzo de 2010

La elegancia del erizo

“...No podemos dejar de desear, y ello nos magnifica y nos mata. ¡El deseo! Nos empuja y nos crucifica, llevándonos cada día al campo de batalla donde, la víspera, fuimos derrotados, pero que, al alba, de nuevo se nos antoja terreno de conquistas; nos hace construir, aunque hayamos de morir mañana, imperios avocados a convertirse en polvo, como si el conocimiento que de su caída próxima tenemos no alterara en nada la sed de edificarlos ahora; nos insufla el recurso de seguir queriendo lo que no podemos poseer y, al llegar la aurora, nos arroja sobre la hierva cubierta de cadáveres, proporcionándonos hasta la hora de nuestra muerte proyectos al instante cumplidos y que al instante se renuevan. Pero es tan extenuante desear sin tregua...

Muriel Barbery

2 comentarios:

I love her dijo...

Hola bonita, que preciosidad de texto. La verdad es que a día de hoy no me podría sentir tan identificada. No es que esté pasando ahora una buena rachilla, pero bueno. Prefiero no pensar, como hago siempre. jeje. Y tú cómo andas¿
Un besito enorme

Sex shop dijo...

Me encanta este bichino no me etraña que génesis lo haya hecho su icono.