
"Somos eternos. Por eso pasamos por muchas vidas y por muchas muertes, saliendo de un punto que nadie sabe y dirigiéndonos a otro que tampoco conocemos. Acostúmbrate al hecho de que muchas cosas en la magia no son ni serán nunca explicadas...
Cuando las personas piensan en la reencarnación, siempre se enfrentan a una pregunta muy difícil: si en el comienxo existían tan pocos seres humanos sobre la faz de la Tierra, y hoy existen tantos, ¿de dónde vienen esas nuevas almas?...
La respuesta es simple. En ciertas reencarnaciones nos dividimos. Así como los cristales y las estrellas, así como las células y las plantas, también nuestras almas se dividen. Nuestra alma se transforma en dos, estas nuevas almas se transforman en otras dos, y así en algunas generaciones, estamos esparcidos por gran parte de la Tierra...
Formamos parte de lo que los alquimistas llaman el Ánima Mundi, el Alma del Mundo. En realidad, si el Ánima Mundi se limitara a dividirse, estaría creciendo pero a la vez debilitándose cada vez más. Por eso, tal como nos dividimos, también nos reencontramos. Y ese reencuentro se llama Amor...
¿Y cómo puedo saber quién es mi Otra Parte?
Corriendo riesgos. Corriendo el riesgo del fracaso, de las decepciones, de las desilusiones, pero nunca dejes de buscar el Amor. Quien no desista de la búsqueda, vencerá...
Somos responsables en toda la Tierra, porque no sabemos dónde están las Otras Partes que fuimos desde el comienzo de los tiempos; si ellas estuvieran bien, también seremos felices. Si estuvieran mal, sufriremos, aunque inconscientemente, una parcela de ese dolor. Pero, sobre todo, somos responsables de reunir nuevamente, por lo menos una vez en cada encarnación, a la Otra Parte que con seguridad se cruzará en nuestro camino. Aunque sea por unos instantes si quiera, porque esos instantes traen un amor tan intenso que justifica el resto de nuestros días"
Brida Paulo Coelho
Cuando las personas piensan en la reencarnación, siempre se enfrentan a una pregunta muy difícil: si en el comienxo existían tan pocos seres humanos sobre la faz de la Tierra, y hoy existen tantos, ¿de dónde vienen esas nuevas almas?...
La respuesta es simple. En ciertas reencarnaciones nos dividimos. Así como los cristales y las estrellas, así como las células y las plantas, también nuestras almas se dividen. Nuestra alma se transforma en dos, estas nuevas almas se transforman en otras dos, y así en algunas generaciones, estamos esparcidos por gran parte de la Tierra...
Formamos parte de lo que los alquimistas llaman el Ánima Mundi, el Alma del Mundo. En realidad, si el Ánima Mundi se limitara a dividirse, estaría creciendo pero a la vez debilitándose cada vez más. Por eso, tal como nos dividimos, también nos reencontramos. Y ese reencuentro se llama Amor...
¿Y cómo puedo saber quién es mi Otra Parte?
Corriendo riesgos. Corriendo el riesgo del fracaso, de las decepciones, de las desilusiones, pero nunca dejes de buscar el Amor. Quien no desista de la búsqueda, vencerá...
Somos responsables en toda la Tierra, porque no sabemos dónde están las Otras Partes que fuimos desde el comienzo de los tiempos; si ellas estuvieran bien, también seremos felices. Si estuvieran mal, sufriremos, aunque inconscientemente, una parcela de ese dolor. Pero, sobre todo, somos responsables de reunir nuevamente, por lo menos una vez en cada encarnación, a la Otra Parte que con seguridad se cruzará en nuestro camino. Aunque sea por unos instantes si quiera, porque esos instantes traen un amor tan intenso que justifica el resto de nuestros días"
Brida Paulo Coelho
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