viernes, 25 de enero de 2008

Probabilidades de éxito

Viendo un capítulo de “Sexo en Nueva York” se me ocurrió la forma de pasar de la mejor manera posible las largas esperas a las que me someten mis amigas cada vez que quedamos, sé que lo mejor sería salir de casa más tarde porque de sobra sé que llegarán con una hora de retraso, pero tengo un problema con la puntualidad y allí me quedo plantada, en mitad de Gran Vía, en la plaza de Chueca o en la Fuente Agria.

Así que cuento a las chicas que pasan, no a todas, las que se parecen a mi madre o a mi abuela las descarto e intento hacer lo mismo con las menores, pero con solo verlas no es suficiente, a veces, son precisamente estas las que se parecen a mi madre.

De cada 100 féminas ¿con cuántas me acostaría? Sin más, al fin y al cabo de primeras nos fijamos en el físico, por mucho que nos empeñemos en negarlo y si alguien no nos atrae difícilmente llegaremos a algo más que a una bonita amistad.

Lo he hecho en lugares de ambiente, en el metro, en Huertas, en Puertollano, después de haber pillado el día anterior o tras meses de abstinencia, en época de exámenes que se supone que estás más hormonal… y nada, o soy muy exigente o seguiré soltera por los restos… pero siempre me salen ocho, un triste 8% que no se queda sólo ahí. Calculemos:

Si hay entre un 13 y un 20% de la población que reconoce haber mantenido relaciones homosexuales, esas 8 afortunadas o desafortunadas, se convierten, tirando por lo alto y sumando a las reconvertibles en 2, y de las mismas, ¿habrá alguna que me aporte algo más, es decir, con la que pueda tener una conversación mínimamente interesante? La cosa se complica, pero si además tenemos en cuenta que el que a mí me atraigan no significa que sea recíproco e incluso si descarto el nivel cultural y lo dejo sólo en sexo… no llego ni al 1%.

Si tenéis pareja antes de lanzaros a la aventura, pensároslo dos veces, en ocasiones la única solución es beber tres copas de más y ampliar el porcentaje inicial, así alguien a quien habías descartado previamente podrá darte la sorpresa.

PD: Que conste que no estoy haciendo apología del alcoholismo, yo gano más sobria ;)

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