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Empezamos a salir sin habernos visto nunca en directo, sin saber cómo sería sentirla entre mis brazos, el contacto de sus labios con los míos, su olor ni su cara al dormir… pero no importaba porque puede que la distancia esté para magnificar todo eso, para hacer más grande un simple palabra y quizá, también, para idealizar y convertir a la otra persona en lo que quieres que sea, por suerte, en mi imaginación me quedé corta.
Sé que a las tres semanas tuvo una crisis que le hizo pensar en volver con su novio, desconozco las razones por las que no pasó de ahí, pero me alegro de que fuese así. Sus padres no llevaban muy bien su bisexualidad, hubo días de silencio como castigo y alguna carta de las que mandé desapareció en un cajón. Mientras yo sólo me limitaba a estar en una nube ella además debía luchar contra los prejuicios de su propia familia.
Era una época de cambios, en octubre empezaríamos la facultad, Rebeca Filología francesa en Málaga y yo Periodismo en Madrid, hubo algún planteamiento de unir nuestros destinos, el problema es que ambas ya teníamos decidido el camino antes de conocernos y pese a nuestra juventud optamos por no tomar decisiones precipitadas, teníamos todo el tiempo del mundo para estar juntas, lo más importante era habernos encontrado.
El 8 de julio del 2000, casi un año después de recoger su “botella lanzada al mar” nos encontramos por primera vez, iba a estar sola en casa y tendríamos cuatro días por delante para nosotras solas.
No sé en que momento se me ocurrió tintarme el pelo rubio pollo, no era consciente pero pasado el tiempo las fotos de aquella época son para mirarlas de refilón si no quieres asustarte, una camisa de Homer en el que sus ojos eran mis tetas y unos pantalones negros anchos fue con lo que bajé del autobús, además de la descomposición nerviosa que me acompañaría siempre que íbamos a vernos y el miedo a mis 18 años de no haberme acostado nunca con nadie, ¿sabría hacerlo? ¿lo haremos? ¿me gustará? ¿será como en las fotos?
Empezamos a salir sin habernos visto nunca en directo, sin saber cómo sería sentirla entre mis brazos, el contacto de sus labios con los míos, su olor ni su cara al dormir… pero no importaba porque puede que la distancia esté para magnificar todo eso, para hacer más grande un simple palabra y quizá, también, para idealizar y convertir a la otra persona en lo que quieres que sea, por suerte, en mi imaginación me quedé corta.

Era una época de cambios, en octubre empezaríamos la facultad, Rebeca Filología francesa en Málaga y yo Periodismo en Madrid, hubo algún planteamiento de unir nuestros destinos, el problema es que ambas ya teníamos decidido el camino antes de conocernos y pese a nuestra juventud optamos por no tomar decisiones precipitadas, teníamos todo el tiempo del mundo para estar juntas, lo más importante era habernos encontrado.
El 8 de julio del 2000, casi un año después de recoger su “botella lanzada al mar” nos encontramos por primera vez, iba a estar sola en casa y tendríamos cuatro días por delante para nosotras solas.
No sé en que momento se me ocurrió tintarme el pelo rubio pollo, no era consciente pero pasado el tiempo las fotos de aquella época son para mirarlas de refilón si no quieres asustarte, una camisa de Homer en el que sus ojos eran mis tetas y unos pantalones negros anchos fue con lo que bajé del autobús, además de la descomposición nerviosa que me acompañaría siempre que íbamos a vernos y el miedo a mis 18 años de no haberme acostado nunca con nadie, ¿sabría hacerlo? ¿lo haremos? ¿me gustará? ¿será como en las fotos?
1 comentario:
Vaya historia de amor eh? mi historia no es tan bonita. Siempre he sido una chica que le gustaba los chicos porque era lo que siempre he tenido por supuesto que se tenía que hacer. He salido con muchos chicos, durante mucho tiempo, pero nunca llegó a ser algo eterno (poéticamente hablando) entonces llegó ella. Perfecta, preciosa, increible, y empecé a pensar cosas que nunca había pensado. pero cómo decírselo? es mi mejor amiga,y yo soy su mejor amiga y si perdiera esa relación,...
No puedo ni pensarlo.
En fin, muchas gracias por contestarme. Eres genial. Espero no haberte aburrido demasiado.
besitos
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