lunes, 24 de marzo de 2008

11 de noviembre del 2002

Me he dirigido a ti infinidad de veces, he empezado decenas de cartas que nunca han encontrado final o destino, y todas marcadas por la estúpida manía de controlar cada palabra, de no dejar salir sentimientos confundidos o dar a entender cosas q ni yo misma se si existen.

El ir a ver a Ali ha sido la excusa perfecta para reencontrarme con una parte de mí misma, se supone que eres mi pasado, y digo se supone porque desde el momento que dije “adiós” siempre había tenido la completa convicción de q serías mi futuro.

Terminó la relación y desde entonces he imaginado y recreado en mi cabeza un nuevo encuentro, que yo consideraba el definitivo. Aunque no lo he compartido con nadie sé que mi Otra Parte eres tú pero ni entonces ni ahora era el momento para estar juntas, puede que tampoco sea esta vida.

Estoy segura que la decisión fue la correcta y ha sido este fin de semana cuando todas las dudas que estaban en el aire han comenzado a coger forma, he estado 12 meses intranquila, sabiendo que algún día tendría que volver a enfrentarme a ti y pedirte que volvieras a mi vida, que me siento incompleta e incomprendida, que es contigo con quien quiero dormir cada noche y con quien quiero compartir mi existencia; y mientras a cada segundo me voy dando cuenta de la falta que me haces espero más intensamente si cabe que me esté equivocando, y q otra parte de mi alma aparezca, y dejarte en el lugar que te corresponde: el ayer; no tener q recurrir a tu recuerdo cuando me siento sola, no buscarte en cada rincón de mi cuarto, poder desprenderme de lo que significaste para mí y verte como lo que eres: algo que fue y no será.

Cada vez que vuelves a pulular por mi cabeza, cada vez que siento que uno d mis latidos te pertenece lucho contra ti y no m abandono a tu recuerdo porque entonces iría hasta donde estuvieses para pedirte que m quieras. Creo que poca gente se ha dado cuenta de lo dentro de mí que todavía estás, creo que ni yo misma soy consciente muchas veces, pero es que la “niña fuerte” necesita de tu mano para seguir andando, ojalá pudiera bastarme con mis propios pies.

Me ha costado menos de lo que esperaba enfrentarme a la realidad, pero también me ha costado darme cuenta de q soy más humana de lo que me gustaría: creía que estarías ahí siempre y que yo sería muy capaz de vivir sin ti, y que en el supuesto caso de no serlo tú seguirías a mi lado. Me alegro de haberme dado de frente contra el muro. Ahora soy yo la que t espera aunque no lo reconozca, pero no es una espera con desdicha y tristeza, no voy a quedarme sentada esperando que vengas a buscarme, voy a seguir andando como hasta ahora, a refugiarme en lo q tengo y conocer cosas nuevas, y si realmente eres tú volveremos a encontrarnos.

Tampoco voy a luchar por ti, al menos mientras estas sean las circunstancias que nos rodean, no voy a darte pie a que pienses que dejarlo fue un error y ahora me arrepiento, porque no lo fue. Míranos entonces: nuestra inmadurez, nuestras paranoias mentales, nuestra feliz-infelicidad, nuestros miedos, mis ganas de vivir demasiado y tus no tan ganas, nuestra homosexualidad conyugal recién estrenada, los cambios de vivienda y estudios, tu familia, mi infidelidad, el no saber afrontar el paso enamoramiento-amor, las dudas, los silencios, rencores, lo q nunca dijimos y deberíamos haber dicho… y todo eso alrededor de un amor como jamás, al menos en mi caso, había ni he sentido. Una vez me dijiste q serías más feliz sin mí, creo q tu misma t has reafirmado en eso con el paso del tiempo y la verdad es q mi vida en muchos sentidos también ha sido más fácil.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me siento completamente identificada con esta carta :| :'(

pero no sabes hasta que punto.

Besos