viernes, 26 de septiembre de 2008

8 de Diciembre del 2002

Acabas de colgar el teléfono (ha llegado tu padre y las cosas no están muy bien), en el aire dos preguntas: ¿Por qué terminó la relación? Y ¿qué dijeron mis ojos aquel día en Córdoba que tú no supiste leer?

Enfrentarme a esto supone enfrentarme también a mis sentimientos, que como habrás comprobado hasta hace sólo diez días no estaban nada claros. Pensaba que no podía olvidarte, cuando en realidad lo q pasaba era que no quería hacerlo, y ahora, por fin, deseo “romper” con mi pasado, verte como una amiga y no plantearme ni esperar un futuro juntas.

Creo que nuestras vidas son “paralelas”, en el sentido que somos dos calles muy próximas una a la otra pero que nunca podrán cruzarse, y lo que ambas buscamos es una perpendicular.

Cuando me pongo frente al ordenador y me planteo mandarte esta carta lo primero que se me pasa por la cabeza es que estoy traicionando a Carla, que ninguna de las frases anteriores deberían haber sido plasmadas, porque así únicamente circularían dentro de mí y no cabría la posibilidad de que llegases a ellas. Es como si al leer todo esto temiese abrir la herida, y entrometerme de repente en una vida que no m corresponde, por otro lado me siento tan estúpida y tan ególatra al creer que puedo llegar a hacerlo!!.

En muchas ocasiones, como tú, me he preguntado el por qué de lo que m ha sucedido, y sé que algunas de esas respuestas las tienen la gente que me rodea, y tanto para bien como para mal, pasado un determinado tiempo, ninguna me afectaría excesivamente; contigo era diferente porque no te dejé en el ayer, y aunque todavía necesito horas, días, semanas, quizá meses e incluso años estoy convencida que superaré esa etapa. Al fin y al cabo fuiste mi primer amor y ese nunca se olvida.

10 de Enero del 2003
“Tratar de olvidar es querer recordar para siempre”

1 comentario:

rolito dijo...

:)
increíble

Hace mucho leí otra entrada tuya y me sentí igual de identificada que ahora con esto.