
Siento decir que no estoy en una época muy sentimental que digamos, de ahí que no escriba mucho sobre romanticismos varios, ni piense demasiado en “tiempos pasados” por si se cumple aquello de que son mejores. Así que entre capítulo y capítulo de “Weeds” saco algún ratito para ver alguna película y saber cómo está la competencia cuando decida publicar mi novela y luego llevarla al cine… jejeje!
Lejos de lo que pueda parecer por el título y por el cartel “But I´m a Cheerleader” es un film que, a diferencia de “D.E.B.S.”, sí recomiendo ver. La historia gira en torno a las instituciones y los programas de rehabilitación basados en pasos (Quédate sólo con el primero: ACEPTACIÓN), en este caso para dejar de ser homosexual en la “América profunda”, algo que por desgracia sigue siendo una realidad. Con humor e ironía, Jamie Babbit (que también ha dirigido algún episodio de The L Word), presenta lo ridículo que pueden llegar a ser estos centros mostrando teorías sobre el “perfecto” matrimonio y la sumisión de la mujer al hombre, eso sí, aunque intentan romper moldes sobre los estereotipos no os esperéis una obra maestra, es bastante predecible y las escenas subidas de tono (si alguna vez las hubo) fueron eliminadas para que pudiesen verla los menores.
Tiene momentos muy buenos (las caras de la protagonista son un punto) y otros un tanto aburridos, para pasar una tarde entretenida en lugar de ver un Telefilm de Antena3 y por supuesto, para las fans incondicionales de Clea DuVall, una actriz de la que muchas esperan su salida del armario tarde o temprano y que tiene ese puntito ambiguo que tanto suele gustar, además, aumenta el morbo sabiendo que en la vida real es amiga de Leisha Hailey (Alice) y que tienen un corto juntitas titulado “Is not easy being green”.
Lejos de lo que pueda parecer por el título y por el cartel “But I´m a Cheerleader” es un film que, a diferencia de “D.E.B.S.”, sí recomiendo ver. La historia gira en torno a las instituciones y los programas de rehabilitación basados en pasos (Quédate sólo con el primero: ACEPTACIÓN), en este caso para dejar de ser homosexual en la “América profunda”, algo que por desgracia sigue siendo una realidad. Con humor e ironía, Jamie Babbit (que también ha dirigido algún episodio de The L Word), presenta lo ridículo que pueden llegar a ser estos centros mostrando teorías sobre el “perfecto” matrimonio y la sumisión de la mujer al hombre, eso sí, aunque intentan romper moldes sobre los estereotipos no os esperéis una obra maestra, es bastante predecible y las escenas subidas de tono (si alguna vez las hubo) fueron eliminadas para que pudiesen verla los menores.
Tiene momentos muy buenos (las caras de la protagonista son un punto) y otros un tanto aburridos, para pasar una tarde entretenida en lugar de ver un Telefilm de Antena3 y por supuesto, para las fans incondicionales de Clea DuVall, una actriz de la que muchas esperan su salida del armario tarde o temprano y que tiene ese puntito ambiguo que tanto suele gustar, además, aumenta el morbo sabiendo que en la vida real es amiga de Leisha Hailey (Alice) y que tienen un corto juntitas titulado “Is not easy being green”.
En fin, que me lío, la peli es de 1999, a su directora y guionista se le ocurrió la idea partiendo de la experiencia personal (su madre ayudaba a los jóvenes con problemas de alcohol y drogas) y transformándola al leer una noticia sobre un gay que después de que intentasen “curarle” terminó odiándose a sí mismo. Las actrices son la anteriormente mencionada y Natasha Lyonne y poco más que decir al respecto, como alguien me dijo hace poco “no os cambiará la vida” pero os hará pasar un rato divertido (siempre y cuando no tengáis nada mejor que hacer, claro).
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