martes, 2 de septiembre de 2008

Tela de araña

No me convencías, llegué a agobiarme, no entendía tanta dedicación, tanto énfasis, tantos sentimientos incontrolados, la convicción con la que me decías que estabas dispuesta a venirte a vivir a Madrid después de una semana, tanta atención desmesurada, tanta devoción por lo que era en esos primeros días… quizá simplemente me asustaba que las cosas subiesen demasiado deprisa, que fuese un capricho pasajero, que desaparecieras…

Pero lo conseguiste, me tranquilizaste, me diste confianza, me abrazaste cuando lo necesitaba, me susurraste al oído, me hiciste volver a creer que todo era posible, te convertiste en mi presente y en mi sueño de futuro, mi vida empezó a girar entorno a nosotras, hiciste que cayese en ti como si fueras una araña que iba tejiendo su red demasiado deprisa pero con firmeza, justo para atraparme y devorarme entre las sábanas

Quizá ese era tu objetivo, puede que incluso tú misma te dejaras llevar por la inercia, cuando por fin fui tuya salieron de tus labios esa frase que ya he escuchado tantas veces y que me suena a película rebobinada: no te quiero lo suficiente.

PD: Siento que el primer post que te dedico en este blog vaya a ser también el último.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Siento que haya terminado todo. Qué tal estás?? hace mucho que no sé nada de ti.
Un besito.